Autor: ROAZ
Mi piel estaba casi quebrada por
el frío, sin embargo no podía dejarme vencer, el vapor de mi aliento era lo
único que parecía calentar ese frígido y sepulcral ambiente, siento que él
olfatea cada una de mis exhalaciones ¿será este mi último momento en este mundo
de vivos?
Esta es la tercera semana que
vivo en la calle de La Recoleta, en uno de los cuartos del abandonado Tambo de
Ruelas, durante los días vivo, porque en las noches es diferente. Todo empezó
con un crujir de maderas, pensé que era solo la temperatura que hace que las
casas viejas suenen por todas partes, luego, cada noche, esto iba en aumento,
el crujir se convirtió en muebles arrastrándose, en puertas cerrándose intempestivamente.
Todo fue más fuerte cuando empezó
el cuarto creciente de la luna, eso fue la semana pasada, empecé a sentir
pasos, yo estaba solo en la enorme estructura, el temor y la curiosidad se
mezclaban, salí del cuarto, pisando las oscilantes tablas del balcón del tercer
piso intenté hallar donde se iniciaba todo, no debí hacerlo.
Poco a poco bajé por las
escaleras alumbrado por una vela, cada vez sentía más fuerte los pasos de pies
pesados que se arrastraban por el piso de piedra del primer nivel, tuve miedo
al llegar al último escalón, apenas asomé la mirada al zaguán los pasos se
detuvieron, no vi nada y me tranquilicé, un segundo después sentí que alguien
respiraba en mi nuca, no quise voltear a ver.
¿QUÉ HACES AQUÍ? AHORA ME LLEVARÉ TU ALMA, HAHAHAHA, dijo una
voz tan intensa como brutal, solté la vela y corrí, corrí atravesando el patio
mientras ese algo me seguía florando, con esa risa escalofriante…empezó a
gritar mi nombre – RICARDOOOOOO HAHAHAAAAAAAA – se divertía ese espectro
demoníaco, ingresé a un cuarto con cerrojos de hierro forjado y se detuvo,
permanecí toda la noche ahí, en la completa oscuridad.
Desde entonces, cada noche de
esta semana me ha estado persiguiendo, gritando mi nombre, nunca logré verlo
hasta hoy, noche de luna llena, hoy se me presentó apenas apareció el primer
rayo de luna por el Pichu Pichu, la luz plateada ingresó por la ventana de mi
cuarto y lo vi en el rincón de la habitación - AHORA ERES MÍO – dijo y empezó a
perseguirme.
No puedo dejarlo atrás, no lo
detiene ya el hierro forjado, destruye todo lo que encuentra a su paso -TU ALMA
ES MÍA - no deja de repetir, logre llegar hasta un pórtico de piedra escondido
bajo las escaleras principales, hace mucho frío, él está afuera, pasa del patio
al zaguán y regresa, no puede encontrarme, temo que mi respiración me delate.
Un momento, ya no siento sus
pasos…creo que por fin se ha ido… - AHORA ERES MÍOOOOO HAHAHAHA….