lunes, 13 de junio de 2011

Vacío

Hoy ya es el tercer día que te veo más lejos que nunca, pasas a mi lado, logro darte un beso en la mejilla pero tú no estás, por lo menos no para mí y quiero imaginar que para nadie, sé que tu mente vaga por otros lares, donde los recuerdos viven, o tal vez donde los sueños están, por lo menos eso quiero imaginar, luego de saberte en mí, hoy no te sé, no es natural todo esto, o tal vez sí, estoy confundido, me duele pero no, me llena de vacío.

No debería estar así, lo sé, pero es que sé pocas cosas y hay tantas que quisiera saber, que me siento perdido, quiero imaginar que no existes, pero no puedo hacerlo cuando te veo, quiero rescatarte de donde estás, pero sé tan poco que tal vez no quieres ser rescatada, las misivas no tienen respuesta, y las respuestas no tienen razón, estoy perdido, tal vez soy yo quien quiere ser rescatado, pero no quiero que me rescate nadie si no eres tú.

Tanta es mi confusión que si me rescatas no sé en realidad que vendrá después, tengo mucho miedo, pero es natural.

Las historias parece que llegan a su fin, los recuerdos también, la sangre de los dioses no hace efecto sin ti, te extraño, te necesito, te quiero respirar, me asfixio en mí, será muy difícil pero viviré, por ti y por mí.

jueves, 2 de junio de 2011

No pensé

Buscando los malditos cigarros, ¿dónde los dejé?, (ya sé chayito que me dijiste que no maldiga) pero los estaba buscando, cuando recordé caí en la cuenta que pensé más en ella que en mí y no recuerdo donde los dejé, recuerdo que soy malo para recordar, así que a buscar. Ummm, mira ya los encontré, donde siempre, pero uno nunca busca en los lugares más obvios, sino donde más los espera, clásico.

EXTRAÑO AMOR

Su historia no la conozco. Fue como encontrar un tesoro encriptado, la primera vez que la vi, dicen que me vio, me dijeron, pero no le di mucha importancia porque mis ojos miraban a otra dirección, hoy mis ojos y mi corazón miran hacia ella, pero hay algo bien cierto en la vida, hay momentos para todo y nuestro momento aún no había llegado, solo había que esperar, unos años.

Nuevamente la vi, aún no era nuestro tiempo pero ya compartíamos, hoy meses, y muchos meses después - no quiero ver más allá, nos encontramos:

- ¿Ummm otra vez lo mismo de antes? – no sé si se lo preguntó o me lo preguntó, le respondí, pero no recuerdo qué.

La reconocí, nuevamente la vi y, hoy soy feliz, porque la volví a ver, y pude disfrutar de su presencia, de su, lo digo hoy, de su maldita presencia, no lo digo porque sea mala, al contrario, porque es demasiado buena, en todos los sentidos, y, la quiero, no para mí, sino para hacerla feliz, porque la felicidad no es de todos los días, sino de cada segundo, uno sí, al otro no, pero no es momento de entrar en detalles, sino en momentos, y en este solo puedo relatarles que soy feliz, claro a ti que me lees, que te importa mí felicidad, pero a ti que sientes estas líneas sí, así que volvamos a los que nos importa.

Tras tenerla cerca encontré su corazón, pero este estaba dentro de una puta burbuja de cristal, y es que su corazón, pude verlo, pero no llegue a él, o por lo menos no hasta el momento (estoy en búsqueda del diamante que corte este cristal) la esperanza nunca se acaba, y mi amor por ella, estoy seguro que por el momento jamás.

“Fue la noche de Santiago”, reza un verso de García Lorca que me viene a la mente y probé la miel de sus besos cuando la sangre de los dioses corría por sus venas. La noche había caído ya en el horizonte, pero el amanecer llegó en ese instante a mi ser, su larga y ondeada cabellera, entre negra y castaña, resaltaba cada curva de su figura, su sonrisa me entregó un beso, ese beso le entregó mi corazón.

En ese instante la amé y creo que la sigo amando, su voz me mostró lo armónico de la música, aún siento el vibrar de sus cuerdas vocales impactando en mi piel. -Baboso – me dijo, casi de inmediato me tocó el rostro con sus suaves manos, casi de inmediato nos volvimos a besar, sentí en cada caricia las ansias de seguir besándola.

24 horas después no la vi, pero la extrañé, sentí su voz tras el auricular y la amé. Por la noche volvimos al encuentro, para recapacitar sobre lo sentido, corroboramos el hallazgo sentimental, nos queremos de la forma más extraña, nos acompañamos. ¿Nos estamos enamorando?-NO – dijo ella, rotundamente.

No creo que ella se dé cuenta, pero hoy estamos juntos, libres pero juntos, pero ¿Qué es el amor? Para mí entregar todo lo que tengo para que la persona que amo sea feliz, parece conformista, no te confundas mujer, es solo amor desinteresado, “el que tenga oídos que oiga”, parafraseando a mi pata “Hijo de Dios” y que “vea (lea) el que tiene ojos”, pero esa es la verdad, no te quiero para mí, te quiero para que seas feliz y si mañana muero, será porque estoy satisfecho con lo que hice en esta vida, antes no, no te preocupes, he probado la muerte y he vuelto y estoy seguro que tú también.

Volvamos a lo nuestro, a lo suyo, o en realidad a lo mío, hoy tras probar de “sus huesitos”, no tengo más que aceptar que aún sigo vivo, claro, sino no estaría escribiendo esto, pero la vida en sí no es nada si no sientes, y hace mucho que dejé de hacerlo, pero hoy lo vuelvo a hacer, así que, según Gabriel García Márquez (El amor en los tiempos del cólera) “goza de tu dolor, tienes que aprovecharlo…sufre todo lo que puedas porque estas cosas no duran toda la vida”, y estoy dispuesto a aprovecharlo y a gozarlo, sufrirlo y si se puede a padecerlo.

Nunca se nieguen a los que sienten, como decía párrafos arriba, si me muero moriré satisfecho, porque hice lo que pude para ser feliz y créanme, los que tengan que hacerlo, lo hice y también háganlo ustedes. No sé si concrete lo que en mi mente se dibujó con la mujer que inicié el relato, pero lo que sí sé es que soy feliz, y que estas líneas aún no han terminado…

Pdta. Estoy rendido a tu mirada.