Los asaltos y robos a turistas no sólo se producen en las calles de la ciudad pues durante el presente año el 70 por ciento de latrocinios a extranjeros se perpetraron en hostales y hoteles, convirtiéndose así estos lugares en los más inseguros para los visitantes.
De acuerdo a estadísticas que maneja la Policía de Turismo, por semana ocurre un promedio de 4 robos a turistas por lo que hasta el momento se han registrado 250 actos delincuenciales contra los visitantes, siendo agosto el mes donde la ocurrencia de estos hechos es más frecuente pues incluso se denuncia hasta 2 latrocinios por día. Estas cifras son similares a las registradas el 2007.
Para el mayor Juan Alarcón, encargado de la entidad policial, si bien hay establecimientos de alojamiento con óptimas condiciones para el visitantes, existen otros, sobretodo los de tercera y cuarta categoría donde a diario se pierden objetos de los extranjeros.
Los objetos que en la mayoría de casos sustraen los asaltantes son cámaras fotográficas, filmadoras y las mochilas de los extranjeros. Por mes el monto en robos y asaltos asciende según la Policía de Turismo aproximadamente a los 20 mil nuevos soles.
De esta manera, las calles más inseguras y donde se cometen el mayor número de asaltos y robos a los turistas son las calles San Camilo, San Juan de Dios, Sucre y Bolívar, donde las víctimas principales son visitantes franceses, ingleses y norteamericanos, pues son estos los que más llegan a la ciudad.
Mientras que la Quinta cuadra de Jerusalén, Santa Catalina, los alrededores de parque San Francisco, la Plaza de Armas, el Terminal Terrestre, terrapuerto y las plazas de los distritos de Cayma y Yanahuara son los sectores donde mayormente operan las bandas delictivas, pues a decir de la autoridad policial la modalidad de atracos se producen en grupo mínimo de 3 personas.
Otros lugares públicos como restaurantes, centros comerciales y los vehículos interprovinciales son también estratégicos para que los ladrones cometan sus fechorías impunemente pues en la mayoría de casos aprovechan el descuido y el exceso de confianza que brindan los turistas.
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